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viernes, 28 de diciembre de 2012

Sin límites ni metas.



Seguía su camino sin querer llegar a ningún lado. Vivía cada día al máximo, sin preocupaciones, sin temor al que dirán. Veía la vida como algo que hay que disfrutar a cada segundo. No tenía metas ni un destino al cual llegar. Tampoco creyó nunca en límites.
Unos la llamaban ilusa, algunos creían que estaba loca, y otros simplemente decían que era diferente.
Lo que ella hacía era vivir su propia vida, sin pensar nunca en el futuro, porque como ella decía, ‘lo que tenga que ser, será’.

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