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sábado, 31 de diciembre de 2011

¡Feliz año!

Dicen que año nuevo, vida nueva. Pero no es así, no por empezar un año nuestra vida va a cambiar, ni vamos a ser más felices.  La dura realidad es que simplemente pasa un día, un día como otro cualquiera, y que seguimos como siempre. Lo único que espero de este año es ir consiguiendo pequeñas metas e intentar ser más feliz aunque no haya demasiadas razones para estarlo. Sé que poco a poco lo conseguiré, o al menos, eso quiero creer.
Hoy, dejamos atrás al 2011. Un año difícil, demasiado difícil, en el que hubo muchas más penas que alegrías. Demasiadas sonrisas fingidas, aunque muchas otras verdaderas. Y éstas, las últimas, son las que quiero recordar. Quiero olvidarme de todo lo malo y quedarme con esos buenos momentos para comenzar este año con fuerza e intentar que sea mejor que el anterior.
También dicen que de todo lo malo se aprende y yo, este año he aprendido que hay que disfrutar de la vida cuando se puede, que hay que vivir al máximo, arriesgarse, hacer locuras, todo lo que tú quieras, con tal de ser feliz, no pararse a pensar en el que dirán, lo único que importa es que, cuando pase el tiempo, no tengamos que arrepentirnos de todas esas cosas que no hicimos y que ya no podremos hacer nunca.
Y con esto termino, ya solo queda despedir el 2011 y dar la bienvenida al 2012. 

viernes, 30 de diciembre de 2011

Todo esto me da mucho asco. Esta sensación es tan horrible, tan pesada, llega incluso a ahogar. Es como un puto día de verano sin agua fría.
¿POR QUÉ A MÍ?, ¿Por qué me pasa todo esto a mí?...

miércoles, 28 de diciembre de 2011

Todo por nada.

Hoy, me he dado cuenta de que el ser humano ha sido creado para cometer el mismo error mil veces y no rectificar nunca de éste. Para tropezar siempre con la misma piedra. Para soñar, en lugar de intentar hacer esos sueños realidad. Para perdonar, en ocasiones, lo imperdonable. Para derramar lágrimas en público, para que nos den el cariño que nos hace falta y que sentimos que no recibimos.
Y sí, aunque esté hablando del ser humano en general, me refiero básica y lamentablemente a MÍ.

lunes, 26 de diciembre de 2011

Tantas caídas me han enseñado a no ilusionarme.

Cuando fallas, se destruyen las pequeñas ilusiones que tenías, en menos de un segundo. No está mal ilusionarse, pero si seguir haciéndolo después de tantos GOLPES.


Lo mejor es no esperar nada. Y lo más importante, no aferrarse a nada ni a nadie. No enamorarse ni nada parecido...